COMO ORGANIZAR NUESTRO TIEMPO DE ESTUDIO
12 PASOS PARA ORGANIZAR NUESTRO
TIEMPO DE ESTUDIO

Muchos estudiantes,
sobre todo en tiempos de exámenes y entregas, se preguntan a sí mismos cómo
organizar el tiempo de estudio mejor.
Todo el mundo supone que
mejorar el plan de estudio propio es sinónimo de un mejor rendimeinto
académico, pero son pocos los que logran aplicarlo en su día a día.
Es por ello que el
presente artículo, además de ayudar a aquellos estudiantes que más les cuesta
pasar los exámenes, sirve de valoración del tiempo y su importancia a la hora
de hacer frente al currículo educativo.
La importancia de
gestionar adecuadamente el tiempo
Por todos es sabido que, lo ideal, es organizar el
día en tres franjas de 8 horas cada una: 8 horas para dormir, 8
horas para trabajar/estudiar y 8 horas de ocio. Sin embargo, esta regla mágica
de los tres ocho es muy difícil de cumplirla en la práctica.
Es por ello que se hace de vital importancia organizar el tiempo que le
dedicamos a nuestras obligaciones, y en este caso, al estudio, ya sea para
exámenes como si es para escribir un trabajo que se debe entregar.
Si bien los estudiantes, a diferencia de los trabajadores, cuentan con
cierta ventaja porque disponen de cierta libertad para organizar su tiempo,
esto a veces es más un problema que no una ayuda. A medida que vamos creciendo, los horarios de los
centros de estudio son más variables, siendo un claro ejemplo
la universidad, habiendo los turnos de mañana y de tarde.
La organización del tiempo de estudio es responsabilidad de cada uno. El
problema de muchos es que, a pesar de tener mucho tiempo para ello, se han
adquirido unos malos hábitos de estudio. Es por ello que, y especialmente en el
bachillerato y en la universidad, que la etapa de
exámenes y entregas es vivida de forma muy angustiante. Al no
disponer de un buen plan de estudio, los resultados de las pruebas se ven
negativamente afectados.
¿Cómo organizar el tiempo de estudio?
Para poder rendir de la mejor manera en los exámenes y tener la mejor
puntuación posible, es necesario tener un meticuloso plan de estudio,
organizando debidamente el tiempo que se dedica a cada tema de cada asignatura.
A continuación veremos algunos consejos que nos ayudarán a cómo organizar el
tiempo de estudio mejor.
1. Tener un calendario
Este consejo, que quizás es el más básico, es de vital importancia para
hacerse una idea de cuánto tiempo queda antes de enfrentarse a la tan temida
prueba o entrega de un trabajo. Tener un calendario, sea digital o en papel, es
la herramienta que más ayuda puede dar al estudiante.
En ella no solamente se pueden apuntar los exámenes o entregas, también se pueden apuntar otros eventos y hacernos
ser conscientes de ellos, como lo son actividades
extraescolares, citas u otros quehaceres.
2. Crear rutina de estudio
Una vez puestos a ello, es muy importante establecer una rutina de
estudio, preferiblemente diaria. Cada uno tiene sus propios biorritmos y, por
lo tanto, hay personas más productivas por la mañana mientras que otras lo son
hacia la tarde o, incluso, por la noche.
Sea el momento en el que uno sea más productivo, se debe intentar estudiar cada día a partir de la
misma hora; así se acostumbra al cuerpo a ponerse manos a la
obra cada día.
Como cualquier hábito, el estudiar es una cuestión de llevarlo a cabo
hasta que se automatiza. Una vez se hace de forma casi instintiva, no resultará
algo tan pesado y poco motivador.
3. Priorizar objetivos y evitar la multitarea
Hay tareas que tienen
que ser cumplidas antes que otras, y por ello se les debe dar mayor prioridad.
Esto puede ser porque se acerca la fecha de la entrega o del examen.
Hay que entender que, si bien los seres humanos podemos llevar a cabo
más de una tarea a la vez, en temas de estudio esto no es para nada
recomendable.
Por ejemplo, tratar de estudiar matemáticas y lengua a la vez es algo
muy complicado, dado que ambas asignaturas requieren de un alto grado de
concentración y, si se pasa de una a otra constantemente, no se logrará asimilar el temario.
4.
Fijar objetivos realistas a corto y largo plazo
Un objetivo principal puede ser el de aprobar unas oposiciones, pero, este gran objetivo tiene que desglosarse para que
se pueda llegar a cumplir.
Una buena forma de conseguirlo es tener presente cuantas asignaturas se
deben estudiar, y cuántos son los temas que las constituyen. Una vez visto
esto, se pueden fijar objetivos más realistas, tanto a corto como a largo
plazo.
Por ejemplo, si se tienen tres meses para estudiar 40 temas, una buena
forma de abordarlos es encargarse de aprender 4 cada semana. Así, cada mes se
logrará tener cerca de una tercera parte de todo el temario, cumpliendo el
objetivo final de ver todo el temario.
5. Planificar descansos y ocio
Estudiar está bien,
pero hacerlo de forma constante lleva al inevitable agotamiento.
Todo el mundo necesita descansar y desconectar divirtiéndose. Sin embargo,
estas pausas pueden ser muy arriesgadas, haciendo que se decida dejar de
estudiar y pasarlo para el día siguiente.
Es por ello que, de la
misma manera que se planifican las horas en las que se abre el lirbo, se debe
decidir cuándo hacer una pausa, y que ésta dure siempre el mismo tiempo.
6. Fuerza de voluntad
La actitud con la que
se afronta el estudio es algo fundamental si
se quiere tener éxito. La motivación a la hora de estudiar y la fuerza de
voluntad son aspectos que influyen en nuestra forma de aprender.
Si se ve como algo tedioso y aburrido, siempre se verá como algo poco
deseable y no se logrará adquirir el hábito de estudio adecuadamente.
7. Planificar con antelación
Solo se tendrá éxito si se está bien preparado, y es por ello tan
importante planificar con antelación la sesión de estudio.
Ya sea estudiando desde casa o yéndose a la biblioteca, se debe preparar todo el material con suficiente
antelación, preferiblemente el día de antes, dado que así se
evitará improvisar en el último momento y que se olvide algún apunte o libro
importante.
También es recomendable apuntar en un papel qué se va a estudiar. Uno puede creer que tiene buena memoria, pero si
deja por escrito lo que debería hacer se asegura de no tener olvidos.
8.
Estudiar en el espacio adecuado
El lugar en el que se estudia puede ser fuente de concentración o, por
el otro lado, un ambiente lleno de distractores.
Pero el lugar más adecuado siempre será
la biblioteca, preferiblemente a solas. Si se decide estudiar
con amigos, se debe hacer un esfuerzo conjunto y no entretenerse los unos con
los otros.
9. Evitar interrupciones
Si se decide estudiar en casa, debemos tener
cuidado con las interrupciones de familiares o compañeros de piso,
además de asegurarse de tener el móvil en silencio o, mejor, apagado.
También, en caso de estudiar con un ordenador, evitar las redes sociales
o páginas que puedan suponer algún tipo de entretenimiento.
Si se escucha música, lo mejor es escoger o bien sonido ambiental, del
tipo lluvia con truenos, o música melódica,
más que cantada. Si es una canción, puede correrse el riesgo de
estar más pendiente de lo que se canta.
10. Coherencia en el reparto de tareas
No todas las materias requieren del mismo tiempo de estudio, dada su
diferente dificultad y extensión. También puede ser el caso que a uno le cueste
más una asignatura.
Primero se deben
clasificar las materias en función de su dificultad,
y decidir dedicarle más tiempo a las más difíciles para dejar las más fáciles
para el final del día o de la semana.
El tiempo a dedicar a cada asignatura dependerá de la proximidad de las
fechas de examen o entrega.
11. Ir de materias más complejas a más simples
El cerebro, al igual que con los músculos, se acaba fatigando tras
realizar una actividad. Es por ello que es mejor ir en descenso, de lo más
agotador a lo menos, dado que al hacerlo al revés se corre mayor riesgo de no
llegar hasta el final.
Si se es una persona que es productiva tanto por la mañana como por la
noche, lo mejor que se puede hacer es
dejar lo difícil para el inicio del día y lo más sencillo
para antes de irse a dormir.
Si no es así y se es más productivo a unas determinadas horas del día,
lo mejor es empezar por el temario más complicado para dejar para el final de
la sesión lo más fácil.
12. Repasar, repasar y repasar
Y, como no, el consejo final de este artículo es el de repasar una y
otra vez lo estudiado.
El repaso no únicamente
sirve para asentar los nuevos conocimientos,
sino también hace que se sea más consciente de sus detalles y, en caso de
haberlos, detectar posibles errores que se hayan cometido a la hora de elaborar
los apuntes.
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