MARIA(NOVELA) POR EL ESCRITOR JORGE ISAACS
MARÍA
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RESUMEN
Enmarcada
por la espléndida geografia del Valle del Cauca, en épocas pasadas
floreció la hacienda «El Paraíso». Allí, rodeados por la bondad de sus padres y
tíos, crecieron dos jovencitos de nombres Efraín y María, primos hermanos,
quienes desde su más tierna infancia se hicieron inseparables
compañeros de juego y alegría. Muy pronto, sin embargo, el camino de
los dos primos se separó.
Efraín,
alcanzada la edad necesaria para emprender una sólida educación, fue
enviado por sus padres a la ciudad de Bogotá, en donde, tras seis años de
esfuerzo, consiguió coronar sus estudios de bachillerato.
María, entre tanto, lejana ya
las delicias de la infancia, se había convertido en una bellísima muchacha,
cuyas dotes y hermosura encandelillaron al recién llegado bachiller.
Ciertamente la sorpresa del
muchacho fue compartida. También María se sintió vivamente Impresionada ante
las maneras y el porte de su primo, y aquella mutua admiración dio tránsito a
un vehemente amor que se apoderó de sus corazones, sin que ellos
mismos pudieran comprenderlo o sentirlo.
El cariño de los jóvenes
progresó dulcificado por las bondades de su medio y muy pronto, a pesar de que
ellos quisieron ocultarlo, los ojos de sus mayores recabaron en este mutuo
afecto. Entonces, una sombra dolorosa se interpuso entre los dos enamorados.
Los padres de Efraín, quienes
abrigaban un vivísimo amor por su sobrina, no podrían olvidar una penosa circunstancia
que señalaba indefectiblemente su destino. Tal como su madre, muerta bastante tiempo atrás.
Marta daba muestras de padecer una dolorosa enfermedad. Aquella dolencia, que
llevara a la muerte a quienes la padecieran, tarde o temprano,
empezaba a notarse en el semblante juvenil de la muchacha. Ningún alivio era
suficiente, y aunque el ánimo de los buenos señores se inclinara favorablemente
al amor de los muchachos, la posibilidad, casi indudable, de la muerte temprana de María, los obligaba a oponerse.
A pesar de ello, sus acciones no
revistieron crueldad o torpeza. Todo lo contrario, el padre llamó a Efraín a su
lado y sin mostrar señal alguna de su íntima determinación, lo instó a viajar a
la lejana Europa a fin de adelantar estudios superiores de medicina.
Aquella solicitud conturbó el ánimo de la enamorada, quien veía con profundo pesar
la forzosa distancia que entre los dos pudiera interponerse.
Sin embargo, la voluntad paterna
fue determinante y tras una serie de obstáculos y aplazamientos que llenaron de
felicidad el corazón de los amantes, Efraín enderezó sus pasos rumbo
a Londres. El dolor de los primeros tiempos de separación fue mitigado por las
incontables cartas que los muchachos se enviaban.
Muy pronto, Efraín resintió las
dilaciones y tardanzas de su amada. Y cuando esta situación más lo mortificaba
y ofendía, supo por boca de un amigo recién llegado a Inglaterra, que la
joven María había sido postrada por una dolorosa enfermedad que la amenazaba
cruelmente y que requería su presencia. Inauditos fueron entonces los dolores
de Efraín tratando de encontrar vías inmediatas para su desplazamiento desde
Europa.
Las enormes distancias y la
lentitud de los transportes se erigían como otras tantas lanzas que
mortificaban su corazón. Días y días se sucedían, sin que la añorada patria
asomara en el horizonte. Llegaron después tas penalidades de la travesía de
ríos y montañas, los accidentes, las lluvias, la crueldad de la naturaleza que
inconmovible asistía a los agónicos esfuerzos del enamorado. Cuando ya Efraín
consiguió descabalgar en tierras de «El Paraíso» y saludó emocionado a sus
padres, por el semblante de aquellos adivinó la verdad: sus esfuerzos fueron
vanos.
La amada no pudo aguardar su
llegada y con su nombre entre los labios falleció.
La desesperación de Efraín lo
condujo hasta el pie de la tumba de María, en donde los recuerdos de las
alegrías pasadas que la llevaron hasta la postración. Finalmente, incapaz de
soportar la vida en medio del maravilloso valle que fuera escenario de su amor
y que lo inundaba cada instante con su alud de recuerdos y emociones,
Efraín decidió abandonar para siempre la tierra de sus mayores y se
adentró en lo desconocido.

PERSONAJES
PRINCIPALES
EFRAÍN, joven protagonista de la
novela, enamorado de María, que luego de comprometerse en matrimonio con
ella a su regreso de Europa, ve frustradas sus ilusiones al encontrar que ha
fallecido en su ausencia.
MARÍA, novia de Efraín, hija de
Salomón, judío de Jamaica que antes de morir la deja bajo ci cuidado de! padre
del protagonista. Al padecer la misma enfermedad que terminó con la vida de su
madre, ve que ésta se recrudece por la ausencia de Efraín. Pide a este que
vuelva a su lado, pero sus fuerzas se debilitan y su vida se agota antes de
tener e! remedio de su presencia.
EL PADRE, bondadoso hacendado
del Valle del Cauca, en cuya casa permanece María bajo su cuidado. Es quien
dispone e! viaje de su hijo Efraín a Europa a continuar los estudios de
medicina, pero lamentablemente esta es la razón por la cual se intensifica la
enfermedad que lleva a María a una muerte temprana.
LA MADRE, buena mujer,
típica esposa tradicional de carácter .sumiso, cuya presencia en la novela es
símbolo de prudencia y buen consejo en los
momentos adversos.
EMMA, hermana de Efraín y
confidente de los enamorados. Siempre dispuesta a crearles momentos propicios y
a servirles de consuelo en las
dificultades.
SECUNDARIOS
JULIAN, hermano de Efraín,
estrechamente unido a María, de quien recibe un amor casi maternal.
DOÑA ANDREA, madre del anterior.
LUCAS, neivano agregado de una
hacienda vecina a la de José, que forma parte del grupo que va a la
cacería del tigre.
TIBURCIO, otro participante en
la cacería del tigre. Novio de Salomé.
MARTA, cocinera de la posesión
de José y su familia.
FELICIANA, negra aya de María,
que en el pasado tuvo el nombre de Nay. Era hija de un guerrero achanti del África,
pero capturada por uno traficantes, fue conducida a América en calidad de
esclava.
ESTEFANA, negrita de doce años,
hija de esclavos que sirve en la casa. Tiene un afecto fanático por María.
CAMILO, criado de la
familia de Efraín enviado a Cali por correspondencia que esperaban.
EL CURA, anciano religioso que
oficia la boda de Tránsito y Braulio.
SEÑOR A, caballero con quien
viaja Efraín a Europa y quien le da
la noticia de la gravedad de
María.
MAGMAHU, guerrero achanti padre
de Nay (Feliciana).
SAY TUTO KUAMINA, rey achanti a
cuyo servicio estuvo Magmahú.
ORSUÉ, caudillo de los achimis,
muerto por Magmahú.
SINAR, hijo del anterior y
esposo de Nay. Luego de ser capturado por unos traficantes es separado para
siempre de su mujer, con quien ha tenido un hijo, el negrito Juan Ángel.
WILLIAM SARICK, irlandés dueño
de la casa donde fue dejada Nay (Feliciana) por los traficantes en calidad de
esclava.
GABRIELA, mujer del anterior.
Nay encuentra en ella consuelo por la pérdida de su esposo y buen consejo en la
desesperación.
EL YANKEE, americano que intenta
comprar a Nay para llevarla a su país, donde el hijo de ésta será esclavo por
siempre.
CUSTODIO, chagrero compadre de
Efraín a quien pide lleve a su hija Salomé a su casa para alejarla de la
tentación de Justiniano, hermano de Carlos, que parece acecharla con propósitos
no muy honestos.
TEMAS CLAVES DE LA OBRA
El amor
María es un ingenuo idilio
sentimental, romántico, que ha sido comparado con Pablo y Virginia de J. H.
Bernardin de Saint Fierre (obra donde el autor francés trabaja el exotismo
paisajístico y el sentimentalismo), y con Átala de Chateaubriand, serie también
de relatos exóticos, como también hubiera podido serlo, en cierto modo, la
novela pastoril Dafnis y Cloe del sofista griego Longo, pero que no es
imitación servil de nadie, sino espontáneo y sentido recuerdo de un primer amor
purísimo, ideal en el más alto grado de romanticismo. Pero lo anterior no
excluye cierto sensualismo, algo de fetichismo -por supuesto, muy delicado y
cándido por parte de Efraín quien se extasía en más de una ocasión besando y
observando las prendas de la muchacha.
No duda en hacer elogios muy
detenidos del cuerpo de ella. Sus codos, la blancura de sus brazos; su cuello y
sus manos, los pies desnudos que la joven pretende cubrir en actos púdicos, son materia de
largas descripciones que obviamente nos indican pasión velada con delicadeza de
palabras respetuosas.
Este amor es eterno pues cubre la
totalidad de la vida del personaje que narra y se ha inmortalizado en las
páginas de la novela de Isaacs.
Por su parte, en María
encontramos el amor que aguarda. Es la paciencia pura, la resignación
que jamás es vencida y que, al contrario, se acrecienta con los obstáculos. Es
el amor que destruye la materia antes que agotarse en sí mismo. Es decir, en
ella el amor todo lo puede porque es espiritual.
Aunque la novela toca otros
temas importantes, desde un comienzo entendemos que el amor ocupará la
generalidad de la obra, porque María sólo se puede concebir como símbolo de
amor, A lo largo de todo el texto, sus actitudes, pensamientos y
conductas están al servicio de! amor. No hay un solo episodio donde nos
encontremos con una María diferente a la María-amor, y no hay un pasaje de amor
en donde no aparezca la imagen de María como arquetipo, como modelo indicativo
de lo que es o debe ser un verdadero sentimiento amoroso, a pesar de que en
aquellos se halle el ideal de antemano. Ella es la perfección, ella es amor.
La muerte
Como es común en el
romanticismo, el amor y la muerte van unidos en una conjunción trágica. Desde
el comienzo de la novela, y aunque la muerte no haya sido mencionada, se
percibe cierta atmósfera densa, cierta inclinación a lo desconocido, que
nos anuncia turbulencias y estados de ánimo agónicos. La simple partida del
chiquillo Efraín fuera del seno familiar, no hace más que presentarnos una especie
de muerte a escala menor. El hijo parte y el llanto invade un hogar.
El dolor reina y el hijo debe experimentar lo desconocido.
A su regreso todo parece brillar
por la ilusión, pero no tardan en aparecer signos inequívocos de
angustia. María se retira temprano a su habitación porque le duele la cabeza;
falta a la mesa del comedor en un acto inusual en las costumbres de la época
y... su mano tiembla. Su primer ataque oscurece la dicha y un ave negra que
golpea la mejilla de Efraín, nos hace perder toda esperanza contra lo fatal: es
la alegoría de la muerte que sonríe por primera vez y nos indica que su atención se
ha depositado en aquella muchachita indefensa y amada para no desviarse ya a
ningún otro lugar, porque es implacable y saborea con su rigor el padecimiento
de quienes se le oponen.
Todo en adelante será ilusorio
para los personajes de la novela y para el lector ingenuo. El ave sigue
apareciendo siempre con azotes de humor negro y nos acompañará hasta el final
de la novela.
La esclavitud
Aunque muchos críticos han
afirmado que la sociedad plasmada en María es un mundo idealizado en
que todos los personajes son buenos y nobles, se puede cuestionar dicha
afirmación. Ante todo, nada de noble tiene una sociedad que admite la
institución abominable de la esclavitud. Isaacs demuestra la preocupación
del Realismo al censurar esta vulgaridad inhumana.
Efraín pregunta a Emigdio por
qué un muchacho tiene el brazo mutilado; su amigo contesta que lo había metido
en el trapiche, y se queja de la estupidez de los esclavos, y añade que ya el
joven no sirve más que para cuidar caballos. La simple inclusión de este pasaje
nos muestra que el autor se aterra ante tal desconsideración. Pero la
mayor protesta contra la esclavitud la encontramos en el relato de Nay y Sinar;
el dolor de los desgraciados que se ven separados de sus familias; los horrores
de los buques que transportan los esclavos, las propuestas depravadas que hacen
algunos traficantes a las negras más bonitas, etc. Es pues, un tanto apresurado
afirmar que la novela nos presenta una sociedad idealizada.
ANÁLISIS DETALLADOS DE EFRAÍN Y MARÍA
Efraín
La atracción sexual de María
representa una actitud sana por parte de Efraín hacia la pasión
amorosa; el amor espiritual no debe estar separado del amor físico.
Los rasgos definidores de la
sicología de Efraín (su orgullo como miembro de la aristocracia local, su interés en
los humildes, sus sensualidad, su condición de poeta, su amor a la naturaleza)
están ampliamente documentados en la personalidad de su creador.
Salta a la vista, entonces, que Efraín no es un estereotipo literario, como
suele declarar la crítica, sino que es un autorretrato de su autor. Es
cierto que Efraín coincide con el típico héroe romántico en su gran capacidad
emocional y en su tendencia a creerse un dandi de la época.
María
María muestra ser dulce y sumisa
desde su aparición inicial; al contrario de otras mujeres, ella no recibe
placer de las pequeñas riñas de novios, y hace lo posible por evitarlas. Ella
cree en la superioridad intelectual de los hombres, y piensa que las mujeres no
deben ofrecerles consejos.
El temperamento manso y pacífico
de María no la coloca en una posición de desventaja respecto al novio más
dominante; es precisamente su suavidad lo que más atrae y cautiva a Efraín. En
pocas palabras, María es una mujer verdaderamente femenina, que sabe comunicar
su amor sin que se note.
Esta característica de feminidad
es lo que hace de María la mujer ideal.
Aunque inteligente, María no
tiene educación formal otro ideal romántico. En el siglo diecinueve en Colombia,
lo normal era que las niñas sólo aprendieran los oficios de la casa y que se
dedicaran exclusivamente a sus familias. Los instintos maternales de María
cumplen otro requisito del Romanticismo, igual que su firme fe religiosa, su
languidez amorosa.
Es dificil crear una relaciónmas
exacta de los otros personajes pues son mas efimeros y de menos importancia en
la obra
TIEMPO CRONOLÓGICO
María, dice que puede fecharse
de una manera aproximada. Como en la novela existe todavía la esclavitud,
abolida en Colombia a principios de 1852, se desprende que la trama
tiene lugar antes de ese año.
Otro dato que apunta hacia la
misma fecha es !a referencia (XXIII) al periódico "El Día",
que dejó de publicarse en julio de 1851. El colegio del doctor Lorenzo María
Lleras, adonde asistió Efraín, funcionó de 1846 a 1852. Así es que el idilio de
Efraín y María transcurriría hacia el año 1850. Esto quiere decir que Efraín,
que tiene veinte años al comienzo de la novela, es siete años mayor que Isaacs,
quien nació en 1837.
Isaacs insertó tantas
referencias al tiempo en su novela. Y piensa que probablemente la razón es que
así se carga el énfasis sobre la inminencia del viaje de Efraín, el cual
causará la muerte de María. La obsesión con el tiempo constituye una manera de
preludiar el fallecimiento de la heroína, que para Efraín será el momento en
que cese totalmente el tiempo.
FRAGMENTO
... Las verdes pampas y bosques frondosos del valle
se veían como al través de un vidrio azulado, y en el medio de ellos
algunas cabañas blancas, humaredas de los montes recién quemados
elevándose en espiral, alguna vez las revueltas de un río. La cordillera
de occidente, con sus pliegues y senos, semejaba mantos de terciopelo azul
oscuro, suspendidos de sus centros por manos de genios velados por las nieblas.
Al frente de mi ventana, los resales y los follajes de los árboles del huerto
parecían tenerlas primeras brisas que vendrían a derramar el roció
que brillaba en sus hojas y flores. Todo me pareció triste. Tomé la escopeta;
hice una señal al cariñoso “Mayo”, que, sentado sobre las piernas traseras me
miraba fijamente, arrugaba la frente por la excesiva atención, aguardando la
primera orden, y saltando el vallado de piedra, cogí el camino de la
montaña. Al internarme, la halle fresca y temblorosa bajo las caricias de las
últimas auras de la noche. Las garzas abandonaban sus dormideros, formando en
sus vuelos líneas ondulantes que planteaba el sol, como cintas abandonadas
al capricho del viento. Bandadas numerosas de loros se levantaban de los
graduales para dirigirse a los maizales vecinos.
Bajé al río, por el mismo camino por donde lo había
hecho cientos de veces. El ruido de su caudal iba aumentando, y poco después
descubrí las corrientes impetuosas al precipitarse en los saltos, convertidas
en espumas hervidores en ellos; cristalinas y tersas en los remansos,
rodando siempre un lecho de peñascos cubiertos de felpudos musgos verdosos,
adornados en la ribera por los helechos y cañas de tallos amarillos.
Detúveme en la mitad del puente, formando por un
cedro fuerte y corpulento. Una vegetación exuberante y altiva, en la que
colgaban como puestas por la mano del hombre campanillas azules y tornasoladas,
a través de sus ramas penetraban algunos rayos de sol.
Fragmento De La Novela María De Jorge Isaacs
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